El estrés y la ansiedad son factores que provocan el tan molesto dolor cervical o cervialgia.
Todos nosotros hemos tenido en algún momento de nuestra vida ese dolor agudo insoportable en el cuello y alrededores, teniendo sensación de cansancio, pesadez y rigidez a nivel cervical e incluso pudiéndose manifestar con dolor de cabeza , vértigos y náuseas. Hablamos de la temida cervicalgia o dolor cervical.
El dolor cervical se puede dar por diversos factores, siendo los más comunes las cervicalgias por traumatismo directo (accidentes de tráfico), más comúnmente llamadas síndrome del latigazo cervical, las cervicalgias por sobrecarga o fatiga, que son de tipo muscular, y que también se dan por posiciones mantenidas de flexión del cuello durante largos periodos. ya sea por trabajos sedentarios, horas de estudio, etc. y por último nos encontramos con un dolor cervical que está por desgracia muy de moda en estos tiempos que corren que es la cervicalgia por estrés o ansiedad.
Últimamente se producen gran número de cervicalgias por estrés o ansiedad
Las cervicalgias tienen una sintomatología clara que es el dolor muscular en la región cervical, sobre todo en trapecios , y con frecuencia aparecen contracturas que crean esa sensación tan desagradable. Depende de si hubiese algún compromiso nervioso, es decir, si alguna raíz nerviosa quedase atrapada o pinzada por la propia musculatura o en su defecto alguna protusión o hernia, el dolor se puede manifestar en forma de corriente eléctrica a lo largo del hombro, bajando por el antebrazo y llegando incluso a los dedos , adoptando el nombre de cervicobraquialgia. Este tipo de pacientes refieren también parestesias (hormigueos) en las manos e incluso pérdida de fuerza en ellas.
Los dolores cervicales producidos por la sobrecarga muscular tienen buen pronóstico de tratamiento, otro tema sería si hay hernia de por medio, en cuyo caso deberíamos apoyarnos en el diagnóstico del traumatólogo y en pruebas por imagen.
El tratamiento a seguir en las cervicalgias consiste principalmente en eliminar las contracturas y relajar la musculatura, con termoterapia y medidas analgésicas, pudiendo aplicar técnicas avanzadas como la punción y el vendaje neuromuscular.
Cuando pasa la fase aguda y el dolor cesa poco a poco, es recomendable aplicar estiramientos analíticos y fortalecer la musculatura con isométricos.
Si tiene alguna duda al respecto o necesita más información no dude en ponerse en contacto con un equipo de profesionales cualificados como los de Clinica Concepto M que han redactado el presente artículo.